Un pequeño poema libre de aire Navideño.
La Bola Heredada
Navidad a la vuelta de la esquina
familia y nochebuena se avecina.
Una caja vieja, semejante a ella,
desde hace años era su hogar,
en una esquina casi olvidada,
dormitaba en serena espera.
Una niña en busca de decoración,
de un árbol navideño no ultimado.
En una caja encontrada, sus manos
buscaban, y aquella bola tocaban.
¡Qué vieja bola roja más hermosa!
A papá mostraba la niña, orgullosa.
Papá le cuenta; es una bola mágica,
heredada del yayo que al cielo partió.
Él decía; La bola mágica debes colgar
en el árbol decorado con humildad,
así, con ella, nunca estarás solo,
pues rebosa espíritu de Navidad.
Haciendo caso al abuelo, la bola
fue colgada y el árbol completado.
Ya nochebuena, comida y familia,
todos juntos en completa felicidad.
Llega el postre, niños a los regalos,
y la niña sonríe feliz hacia el árbol,
agitando sus brazos parece saludar
¿Qué haces, hija?, saludo al abuelo…
Y el padre comprendió, nunca estarán solos,
llena está esa bola del espíritu de la Navidad.
familia y nochebuena se avecina.
Una caja vieja, semejante a ella,
desde hace años era su hogar,
en una esquina casi olvidada,
dormitaba en serena espera.
Una niña en busca de decoración,
de un árbol navideño no ultimado.
En una caja encontrada, sus manos
buscaban, y aquella bola tocaban.
¡Qué vieja bola roja más hermosa!
A papá mostraba la niña, orgullosa.
Papá le cuenta; es una bola mágica,
heredada del yayo que al cielo partió.
Él decía; La bola mágica debes colgar
en el árbol decorado con humildad,
así, con ella, nunca estarás solo,
pues rebosa espíritu de Navidad.
Haciendo caso al abuelo, la bola
fue colgada y el árbol completado.
Ya nochebuena, comida y familia,
todos juntos en completa felicidad.
Llega el postre, niños a los regalos,
y la niña sonríe feliz hacia el árbol,
agitando sus brazos parece saludar
¿Qué haces, hija?, saludo al abuelo…
Y el padre comprendió, nunca estarán solos,
llena está esa bola del espíritu de la Navidad.