El Primer Caso – Parte 1

El Primer Caso – Parte 1

Mei se encontraba de camino al colegio, y que otra cosa iba a hacer a sus diecisiete años. Era un día nublado y corría un fuerte viento por la calle, como de costumbre en el mes de abril. No se oía casi un ruido salvo el piar de algunos pájaros y las hojas en los árboles por el movimiento del viento entre ellas, no se escuchaba otra cosa que no fuera los sonidos normales de la naturaleza, hasta que ese silencio lo rompieron las sirenas fuertes de unos coches de policía.

Mei intrigada se desvió de su camino normal hacia donde escuchaba las sirenas. De pronto un leve murmullo se percibía a lo lejos, eran las personas del vecindario que se asomaban por las ventanas y preguntaban a los oficiales que es lo que ocurría. Como la intriga le podía, Mei se adentró en el domicilio donde los oficiales sofocados entraban y salían con artefactos desconocidos para ella.

Una vez en el interior pudo observar a dos de los oficiales agachados observando un cuerpo tumbado en el suelo de la sala principal del domicilio, Mei se acercó, se agachó junto a los oficiales y comenzó a observar cada detalle de ese cuerpo.

Era tan interesante lo que acababa de encontrar que lo primero que le vino a la cabeza fue apuntar en su cuaderno de clase todos los detalles que encontraba en el cuerpo. Un hombre que rondaba los cuarenta años, mediría cerca de metro y ochenta, espaldas anchas, pelo castaño y ojos verdes. En el cuello se podían observar marcas de cuerda, aunque en medio de ellas se apreciaba una fina línea causada por otro tipo de objeto, las uñas de las manos las tenía azuladas.

Los oficiales habían sacado una llave del interior de la garganta del cuerpo. Mei no paraba de apreciar cada detalle, se levantó del suelo y giró hacia la puerta donde me encontraba yo, que no le había llamado la atención porque se la veía tan fascinada apuntando cada prueba que no lo pude evitar, cuando se me quedó mirando fijamente a los ojos pude volver en mí.

– Joven, las personas ajenas a la víctima y el cuerpo de policía no se les está permitido estar en este lugar. -le expliqué-.

-Señorita podría decirme que es lo que sucede aquí y quién es usted, por favor. -me preguntó-.

-Joven, aquí donde puede observar, este hombre se ha suicidado y yo soy la inspectora Kusanagi. -le respondí. – pero lo que es más importante, usted no debería estar aquí.

-Lo siento, pero no lo pude evitar, ya que siempre había querido encontrarme en un caso como en las películas.

-Pero señorita usted es muy joven como para presenciar una cosa así, así pues, déjenos que nos encargaremos los profesionales, no se preocupe. – dije eso, pero en ese momento yo estaba más que impaciente por lo que esa pequeña curiosa tenía previsto hacer más adelante. -puede irse.

-No creo que pueda hacer eso pues no puedo remediar resolver este asesinato, después de escuchar que usted piensa que esto fue un suicidio en imposible ignorarlo. -reprochó la joven. –

-Estaré de acuerdo si me dice como se llama.

-Mei Fujibara, llámame Mei. -contestó-.

En ese instante en el que mencionó su nombre y me contestó de esa manera que la víctima había sido asesinada, no pude remediar esperar a que esa joven chica expusiera sus hipótesis y francamente, en el fondo estaba segura de que ella resolvería el caso.

Continuará…

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Publicado también en https://mis-relatos-policiacos.blogspot.com/

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